Establecemos un debate sobre la mayor o menor implicación de diversos actores, como la Administración Pública, la Industria Privada (Farmacéutica) y algunas ONG como Médicos Sin Fronteras en la investigación y desarrollo de tratamientos eficaces en enfermedades que son predominantes en poblaciones con pocos recursos económicos. Así no nos referimos solo al tercer mundo sino también al denominado cuarto mundo de los países ricos. No solo está el grave problema de la escasa investigación en enfermedades como Tripanosomiasis, Malaria, Ebola...; sino en el desarrollo de nuevas moléculas muy eficaces para enfermedades muy comunes en el mundo desarrollado, pero con precios que no son alcanzables por personas en situación de pobreza. El COVID ha vuelto a poner en discusión la validez de las patentes farmacéuticas, un tema ya debatido en múltiples ocasiones.